Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

lunes, 13 de junio de 2011


POESÍA ENTRE "ÉSTA" Y "LA OTRA ORILLA"
VILLAFRANCA ETERNA Y SOÑADORA
(Dedicado a Antonia Burgos, musa entrañable de mi pobre inspiración)

Aquí tienes mis versos, Antoñita:
en esa inmensa placidez bendita
donde el "estar" es Paz y amores tensos
y tu ciencia es usar tu diligencia
para aguantar con plácida impaciencia
la inefable llegada de mis versos...
C.V.A.

En cada una de estas calles
está vivo tu recuerdo...
Por cada esquina que paso
pienso que piso tus besos.

El "tic-tac" de los relojes
son voces que en el desierto
disputan porfiadamente
su carrera loca al Tiempo.

Villafranca es la metáfora
de un madrigal circunspecto
que fue sorpresa y sonrisa
para las mozas del pueblo.

Marineritos (tú y yo)
que rumbo a remotos puertos
nuestras almas naufragaron
en singladuras de ensueños.

Y es que Villafranca está hecha
para el romance secreto,
para las rimas bucólicas,
y... charlas de lavaderos...

Y hasta es fácil que ese río
que acuna y vela sus sueños
añore viejas hazañas
de héroes y aventureros...

(¡El Guadalquivir aún llora
a un gitanillo moreno
que a los "tres golpes de sangre"
se inmortalizó en los ritmos
de un poema lorqueño!)

Villafranca, con su aroma
a zarzamora y romero,
se me ha aferrado al alma
con la fuerza de lo eterno.

Y ahora va a ser ¡para siempre!
novia de ambiguos cortejos
para mis noches de insomnios,
para el fluir de mis versos...

Y hasta en esas madrugadas 
(cuando el gallo nos alerta
con su "kikirikí" terco,
y en los cielos resplandece
el oro de los luceros)
sabemos que Villafranca
se va por mares inciertos,
y hasta "ese mundo" te lleva
¡la ternura de mis versos!





2 comentarios:

  1. Mi querida Jana: Nunca me cansaré de decirte que me encantan los poemas de tu padre porque tienen una enorme calidad.

    Hoy que he escrito a la memoria de mi padre en mi blog, me hace pensar que pueden estar allá arriba los dos hablándose de poesías o de que sus hijas se han conocido.

    Te envío todo mi cariño.

    Malena

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  2. Querida Malena: yo siempre creo también que, cuando llegamos arriba, después de la alegría de reunirnos con los seres más allegados, podremos buscar a los que hemos admirado aquí en la Tierra, conocer a nuestros afines, mantener tertulias inacabables, deliciosas, sin la presión del tiempo ni las obligaciones... Y también creo -cada vez más- que velan en lo posible por nosotros. Ojalá sea como lo creemos, tal vez estén charlando ahora, mirando nuestros blogs, y diciendo: ¡hay qué ver, qué inventos!
    Miles de besos, Malenita.

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