LA TIERRA
La Tierra es algo que no tiene nombre.
Que no puede decirse con palabras.
El más excelso amor de los amores.
La levadura en que se funde el alma.
Algo que nos atrae. Que nos llama.
Que en silencio sostiene nuestros pasos
y nos crea ilusión, ensueño y... ¡casa!
¡Es lo que forma parte
de lo más íntimo de nuestra infancia!
¡La luz...! ¡El sol...! ¡La senda...!
El pedestal del árbol. Los recuerdos:
la tarde aquella en que la niña aquella
se fue ruborizada
y al alejarse pronunció un "te quiero"
con cándido temblor en sus palabras...
Es la historia sin voz.
El más completo de los libros,
cuyas pétreas páginas
encierran, sabiamente,
la más amplia expresión
de la metamorfosis planetaria.
Es la Paz... La riqueza...
La antigua copla que el labriego canta.
El pan de cada día
hecho con sedimentos de recuerdos,
de afanes y... ¡de lágrimas!
Barro que aún siendo barro
no desdora ni marcha
porque al nacer, la tierra
con amor nos acoge. Y al morir...
¡con amor nos recibe en sus entrañas!
Es la suma de todos los amores:
amor que quema en la primera novia.
Tesón de amor en el amor de esposa.
Y amor de madre... ¡que jamás engaña!
Eso, amigo, es la tierra.
Y "eso" es "algo"
¡que no puede expresarse con palabras!
Este poema fue premiado en el Certamen Poético "Juan Figuereo" de Isla Cristina (Huelva).
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