Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

lunes, 20 de junio de 2011


PSIQUIS Y EL HOMBRE

¡Soy yo! El que nadie ha visto:
semilla de barro impuro.
¿Por fuera...? ¡Yo! (Gesto duro).
¿Por dentro...? ¡Amor de Cristo!

(Mi pensamiento bienquisto
es sombra de trazo oscuro
y astro de luz que al futuro
clama si existo o no existo).

Yo. ¡Siempre yo! ... El que todos
ven y al que todos ignoran:
ave cautiva entre lodos...

Mis labios -que nunca imploran
hablan de diversos modos
y a veces... ¡callan y lloran!


2 comentarios:

  1. Mi querida Jana: ¡Somos tan sensibles y nos pueden hacer tanto daño!Nunca me cansaré de leer al Poeta de la Paz.

    Brisas y besos.

    Malena

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  2. ¡Qué contenta estoy de haber empezado este blog para él! Hoy me siento extraña, emocionada, y ya tengo todo hecho en casa, voy a ponerme a copiar más poemas de mi padre e ir guardándolos para subirlos poco a poco, me parece que también lo tengo hoy más cercano. Gracias de nuevo, Malena, por estar siempre ahí como estás.
    Mil besos.

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