Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

lunes, 30 de mayo de 2011

En el libro MENSAJE POÉTICO - INVIERNO

Este libro, Mensaje Poético - Invierno salió en 1956, y Vega lo dedicó a Juan Ramón Jiménez, que acababa de obtener el Premio Nobel: ...que, cabalgando sobre un anillo de plata y rosas, ha sabido recorrer quiméricamente los caminos más recónditos de las almas...
 Como "Carta al Autor", escrita por Antonio Santos Torres, un poema que pondré a continuación, pero en primer lugar transcribo el que abría el libro: Clamores.


CLAMORES

-¡Muchacho!
Yo quisiera pedirte
tu corazón prestado...

El mío ya no sirve.

¡Por duro,
por viejo 
y malo!

Yo -¡cazador eterno de ilusiones!-
necesito un corazón
¡de veinte años!

   Y Antonio Santos Torres, aludiendo a este poema, contesta:


DESDE LA PRIMAVERA

En este verso tuyo, en esa "flor de invierno"
me he encontrado contigo, amigo Vega; con tu alma:
un pájaro encerrado que canta sus canciones
desde la Primavera sin flores de su jaula.

Me he encontrado contigo buscando una amapola;
buscando un corazón que tú también buscabas
para apoyar tu verso, para pasar el río,
para salir de pesca, de noche, con tu barca.

Un corazón, poeta, con sólo veinte años
como el que tú tuviste para cualquier muchacha;
como el que yo tenía sin que me diera cuenta
porque a los veinte años no se valora nada...

En este verso tuyo apoyo mi cabeza
y encuentro el fiel descanso de haber pasado un alba
por donde tú pasaste con tus tristezas hondas,
con la segura "flor" de tu canción rimada.

Que tenga veinte años para esculpir tu verso
-amargo de experiencias y dulce de palabras-
en esa juventud de amor que nos redime
de esta cárcel del Tiempo que duele y que no mata.

Buscando un corazón te he visto por las rosas
para dejar tus versos, tus manos, tu mirada;
para vivir la vida que te robó el Destino,
para tirar tus "flores" si pasan las muchachas....

para volver al "antes" y desterrar tu "ahora"
sin penas, sin dolor, sin dudas ni nostalgias;
¡para ser ese pájaro que canta sus canciones
sobre los campos fértiles, sin redes y sin jaulas...!

Sevilla                   Antonio Santos Torres






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