Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

jueves, 26 de mayo de 2011

ARMAS DEL FUTURO





   Con palabras.

   (¡Quitad las espoletas
   a las bombas!)

   Sin pistolas.
   Sin tanques y sin espadas.

   Con palabras

   Solamente con palabras
   vamos construir el mundo
   del futuro
   sobre un campo de rosas verdi-granas...

   Sin pistolas.
   Sin metralla.
   Sin sangre y sin rencor
   que eclipsen la bondad de las miradas.

   Con palabras

   Nada más que con palabras
   vamos a levantar castillos
   de ilusiones
   entre las nubes de doradas playas.

   Sin pasiones que quiebren la armonía
   de las almas.

   Sin odios. Sin el llanto ni la muerte
   que dejen a su paso las batallas.

   Sin pistolas.
   Sin la tétrica voz de los cañones
   para cargar de cruces
   los gallos de la diana.

   (Fundiremos en cánticos de amor
   continentes y razas
   para construir los mundos del futuro
   con palabras).

   ¡Solamente con palabras!

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