Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

domingo, 12 de junio de 2011


NOCHE DE LEVANTE
Tras la reja.

Silbando, rugiendo,
cantando
su bronca canción,
el viento  ha llegado
furioso, enfadado,
cansado...
El viento ha gritado
con voz de ciclón.

El viento ha contado
sus noches de furia,
sus iras, su fuerza,
majeza,
lujuria
y acción soberana...
¡El viento esta noche
está en mi ventana!

Se calla, se asoma,
golpea,
me llama, me grita,
me cansa, me excita
y crispa mis nervios.
El viento
parece el lamento
de niños soberbios...

Se burla, se enfada,
recela...
"¡Tu voz, centinela,
tu voz... Un momento
que el viento... 
y en ecos malditos
se pierde tu acento..."

Me mira, se encela,
desvela,
recela,
se duerme, despierta,
me cansa y me gana...

"¡Tu voz, centinela!
¡Tus voces de 'alerta',
que está en mi ventana!"
... ... ...
El viento ha pasado:
silbando, rugiendo, 
cantando
su extraño lamento
con voz de centella...

(Con luces de estrellas
peina el firmamento
sus crenchas de seda).

Que es trágica y bella
la huella
de su árido evento.
¡La huella que queda
del paso del viento!







2 comentarios: