EL NIÑO Y EL PERRO
Lo dice el periódico.
Lo grita el tendero.
Lo afirma la "tele":
¡manjar para perros!
La prensa que expresa
tan burdos ejemplos
repite al unísono:
¡hotel para perros!
Con fatua arrogancia
grita el peluquero
su pregón estúpido:
¡salón para perros!
... ... ... ... ...
El niño no sabe
de amor ni recelos,
ni ha oído jamás
el son del dinero.
Su anhelo jugando
los naipes del Tiempo
evoca sin lágrimas
un mundo de ensueños...
¡El niño tiene hambre
de pan y de besos!
Mas todo le advierte:
¡Manjar para perros!
El niño y el can
comparten sus juegos.
El niño no atisba
el quid del misterio.
"Si Cristo es Amor
-medita un momento-
¿por qué hambre de niños
y hotel para perros...?"
Invierten los hombres
el oro en la muerte
y para la vida
les falta el dinero...
... ... ... ... ...
El niño no alcanza
tales desaciertos:
"¿Está loco el hombre
o está loco el cielo...?
Si "aquí" sobra el hambre
y "allí" el alimento,
¿por qué "allí" se tira
si "aquí" no tenemos?"
El niño y el can,
fieles compañeros.
El niño medita:
"¡Si yo fuera perro...!"
Mi querida Jana: Parece una incongruencia que se trate mejor a los perros que a los niños pero es una realidad. El mundo está completamente loco.
ResponderEliminarJana, tengo un problema para leer los poemas en color azul pues dificulta la visión. ¿Has probado a hacerlo en otro color?
Brisas y besos.
Malena
Querida Malena: A mí me encantan los perros, pero es verdad que hay quien gasta en ellos ridículamente mucho más de lo que le costaría alimentar a un niño, apadrinarlo, hacer algo. Y los perros seguro que tampoco están encantados con tanta tontería, a ellos les gusta ir a su bola, que les des amor y comida, no que los tengas para lucirlos como un símbolo de tu status. Un perro no es un coche de lujo.
ResponderEliminarYa he cambiado el color e iré cambiando los demás, no me había dado cuenta.
Mil besos, preciosa.
Triste verdad espresada con un bello y melancólico humor.
ResponderEliminar¡Ay, Pitt, si yo fuera perro...! Y me respondo: ¿tendría pulgas? Pues vaya...
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