Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

jueves, 29 de septiembre de 2011


AL CUMPLIR SU 105 ANIVERSARIO
(A mi madre)

Ya no está. Nada importa que aún palpiten
los rugosos sarmientos de sus huesos...
¡Pero ya no es ella! No vive "aquí".
En la honda oscuridad de sus silencios
solamente se mueve, si la mueven
como al azar se mueve un mueble viejo...

¡Yo añoro el tintineo de sus risas
y el cálido alboroto de sus besos,
y aquel bregar inquieto de unas manos
que guardan el mejor de mis recuerdos!

¡Aquel remoto "ayer" de su alma joven...!
Los días de penurias y de esfuerzos
cuando todo faltaba y estaba en ella
-¡siempre en ella!- el penúltimo secreto.

Añoro su honda fe. La clara luz
con que quiso alumbrar nuestros senderos,
y esa bondad que clama sin palabras,
que ni vimos "ayer" ¡ni ahora vemos!

Esas manos, hoy viejas, temblorosas,
ya vencidas, sin fuerzas ni asideros,
que un día me acunaron siendo niño
y me dieron su amor estando preso...
y que ya -¡pobres manos!- son dos índices
perdidos en las páginas del Tiempo.

¡No! ¡No es ella...! Ni está viva ni está muerta.
Es el dudoso epílogo de un cuerpo
que busca, a tientas, el postrer rincón
donde poder dormir su último sueño...

15 comentarios:

  1. Mi querida Jana: Los poemas de tu padre siempre van llenos de dulzura, de cariño, y pueden denunciar situaciones pero de una manera que sólo lo pueden hacer las almas grandes.Es un placer leerlos.

    Brisas y besos.

    Malena

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  2. Algunos son muy tristes, Malena, pero es tal como la vida fue llegando. Mil besitos.

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  3. Madre de mi vida...Si es que me ha entrado el típico frío este por la columna (repeluco que le llamamos aquí), desde que empezao a leerla hasta que ha terminado.

    Es precioso, triste...Pero precioso.

    Escucha la letra de la canción de Abuelo, de Andy & Lucas...A mí, por lo menos me ha recordado el poema a esa canción.

    Mil Besos.

    Y otros mil para ese hombre que te cuida desde dónde quiera que esté...Y que vé cada día el hermoso legado que ha dejado.

    =^.^=

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  4. Mi querida Jana: no es la primera vez que te digo que estoy enamorada de los poemas de tu padre. Este canto a esa madre que es y no es por la edad extrema, es pura sensibilidad y belleza. Se me ocurre sugerirte que podrías indicarnos las fechas en las que fueron escritos. Gracias por compartir tanta belleza
    Mil estrellas de amor por la vida
    Sherezade

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  5. Pequeña Dawa, gracias por decir lo que dices, también yo creo que desde dondequiera que esté él mira por mí y por Anais, incluso a veces hay coincidencia de fechas importantes para él en las que suceden cosas nuevas e importantes para nosotras, y nos quedamos siempre un poco pilladas con eso.
    Mil besos, gatita negra.

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  6. Sherezade, la fecha de este poema sí la conozco, fue escrita para el 10 de septiembre de 1996, el último cumpleaños que vivió mi abuela; pero otras muchas es imposible para mí conocerla, lo que suelo hacer al etiquetarlas es poner si era "en Niebla" o "después" o "todavía la tenía a ella" (refiriéndome a mi madre, que se nos fue en enero del 97), pero más no puedo concretar porque él no las fechaba y a veces las publicaba más de una vez.
    Mil besos y mil estrellas.

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  7. Un poema aunque triste lleno de amor y ternura hacia una madre.
    Me ha gustado muchísimo Jana.
    Una vez más se ve que tu padre era una persona muy sensible..
    Un abrazo amiga.

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  8. Se nota el inmenso amor que sentía por su madre,y le daba mucha pena verla ,como si fuera solo un cuerpo vació que lo obligan a vivir,y sentía parte de él se hubiera evaporado con la perdida de su forma de ser,y ahora solo era la sombra de lo que fue y eso le ponía muy triste,y añoraba la época en que ella le daba ánimos y le contagiaba las ganas de vivir con sus risas y con su forma de ser.
    Muy autentico y lleno de añoranza ,de lo que fue y lo que quedaba.

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  9. Que precioso homenaje para tu padre, Jana! Y que maravilloso poeta fue; gracias por mostrarnos su obra. Me quedaré por aquí.
    Un beso

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  10. Cordobesa, me alegro mucho de verte por aquí; este poema es bello y triste, yo también recuerdo (¿cómo olvidarlo?) a mi abuela cuando ya no era más que el recuerdo de lo que fue, y recuerdo sus palabras cuando podía retornar por un ratito a nuestro mundo: ¿es que Dios se ha olvidado de mí? ¿Por qué no me llama ya? Murió dulcemente, gracias a Dios, y pudo ir a reunirse con los suyos, que ya la esperaban.

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  11. Su madre merecía todo ese amor y más, Miguel, ella siempre estuvo allí, siempre para él; él recordaba los veintitantos años en que, cada vierne, ella tomaba el tren de Jerez y más tarde de Sevilla al Puerto para ir a visitarlo en el Penal. No faltó nunca...
    Muchos besitos.

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  12. Gracias a ti por venir, Lili. Ya he estado por tu blog y me quedo porque me ha encantado.
    Mil besitos.

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  13. La chica del telefóno22 de octubre de 2011, 22:15

    Buenas noches Jana,disculpa que no te haya contestado antes,no soy muy amiga de estos aparatos (seguro que es porque no entiendo mucho de esto), llevo ya varios días queriendo contestarte, si soy yo Manoli la chica del teléfono, no creí que te acordaras de mi ya que entonces eras una niña ( por cierto preciosa), solo quería que supieras que le tenía un cariño muy especial a tus padres, la vez anterior solo destaque a tu padre, hoy te dire que para mi tu madre era como una hada de los cuentos, tenía una dulzura hablando, te adoraba, recuerdo que un día me llevo el primer poema que escribistes, estaba tan orgullosa que los ojos se le llenaron de lagrimas, pero que te voy a decir de ellos que tu no sepas.
    Ellos siempre estaran en mi recuerdos.
    Aunque no te conteste muy a menudo leo tus cosas y me agradan mucho.
    Un beso.

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  14. La chica del telefóno22 de octubre de 2011, 22:16

    Buenas noches Jana,disculpa que no te haya contestado antes,no soy muy amiga de estos aparatos (seguro que es porque no entiendo mucho de esto), llevo ya varios días queriendo contestarte, si soy yo Manoli la chica del teléfono, no creí que te acordaras de mi ya que entonces eras una niña ( por cierto preciosa), solo quería que supieras que le tenía un cariño muy especial a tus padres, la vez anterior solo destaque a tu padre, hoy te dire que para mi tu madre era como una hada de los cuentos, tenía una dulzura hablando, te adoraba, recuerdo que un día me llevo el primer poema que escribistes, estaba tan orgullosa que los ojos se le llenaron de lagrimas, pero que te voy a decir de ellos que tu no sepas.
    Ellos siempre estaran en mi recuerdos.
    Aunque no te conteste muy a menudo leo tus cosas y me agradan mucho.
    Un beso.

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  15. Querida Manoli, mi "chica del teléfono", claro que me acuerdo de ti, ¿cómo no?, si en mi infancia iba por el locutorio tantos domingos para hablar un poquitín con Margarita (aún recuerdo su número, el 90), a la que podía ver con sólo dar unos pasos porque vivía detrás de mí, pero me hacía ilusión hablarle por teléfono... También íbamos el día de San Juan a mandar un telegrama a mi tío, en Canarias, o a mi abuela en Santa Ana... No, no me olvido de aquellos tiempos, la verdad es que tengo una memoria de elefante y más para la infancia.
    Me emociona que me digas esas cosas de mi madre... sí, era toda dulzura, era tierna y es verdad que me adoraba y no dejaba de demostrarme su cariño, era una mujer muy expresiva, cariñosa y dulce. A veces me daba un poco de vergüenza que me dijera "nenita", "tesoro", todo delante de mis amigas... pero nunca le pedí que no me lo dijera porque le salía de tan dentro, y con tanto amor, que jamás hubiera herido sus sentimientos diciéndole que se cortara. Gracias a ella yo también he salido cariñosa y prodigo esas palabras que te salen del corazón a mi hija, a mi pareja, a los niños a los que cuido en la guardería... y no me avergüenzo, no: sé que esa ternura te hace sentir amado y eso es hermoso. Gracias por recordarla hoy para mí, porque me has llenado de emoción.
    Un gran abrazo para ti, Manoli, y gracias por pasarte por aquí, ésta es tu casa.

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