Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

viernes, 11 de noviembre de 2011


EL "ADIÓS" DEL POETA
(Agoniza el poeta junto a la mujer amada.
En su delirio, se expresaba así:)

¡Qué triste el último adiós...! Este "adiós" impronunciable
al mar, al sol, a la noche y a los pájaros del alba.
A los hijos... a los hijos
de nuestros hijos... Adiós
 a tanta ilusión perdida
y a los sueños malogrados a través de la jornada.

¡Qué pena despedirse de las cosas que amamos
y de esas otras -breves, pequeñas- que nos aman!
De la sonrisa que una bella tarde romántica
se ocultó en los secretos escondrijos del alma.

De la flor... Del jardín...
De la apacible lluvia que cae blandamente
sobre el claro silencio de las noches nostálgicas,
y de esos graves ruidos que alertan nuestro sueño
-cual taimados fantasmas-
volviéndonos un poco niños, que necesitan
recuperar la letra de sus antiguas "nanas".
-¡Y no ver nunca más 
las estrellas del alba!-

¡Qué amargos resultan los adioses
a tantas cosas que nunca supimos ver!:

Al sauce de viejas ramas
donde al despuntar el día
canta, alegre, la calandria.

Al gorrioncillo sagaz
que llega a nuestra ventana 
a traernos el mensaje
de su tosca serenata.

Al perrillo revoltoso.
A la mariposa blanca...

Al palomo trovador
que a la paloma le canta
con idílicos zureos
su canción enamorada...

¡Qué pena decirle adiós
a cosas que nunca mueren,
y a estas paredes blancas,
donde tantas ilusiones enhebramos
engarzando amor y ensueños
con agujas de esperanzas!

Ahora ya... ¡Todo es Nada!
Un recuerdo perdido... un beso en la nostalgia...
Y tras esa extraña incógnita de eternidad e infinito,
siempre unidas,
¡nuestras almas!

Siempre soñando caminos
de imprevisibles distancias
tras los dilatados soles
de desconocidas albas...

Adiós para siempre a TODO.

¡Bienvenida, hermana NADA!


6 comentarios:

  1. Precioso poema Jana. Gracias por compartirlo cielo.
    Un besazo y feliz finde

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  2. Jana, que maravilloso. Desde que lo he leído por primera vez siento un escalofrío en la espalda que no se va y lágrimas en los ojos. Que orgullosa tienes que estar de él, preciosa. Un beso enorme, y gracias.

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  3. Hermoso, ¿verdad?, tan triste... Feliz domingo también a ti, Mari Carmen, y ya feliz semana.

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  4. Lili, sí que estoy orgullosa, como poeta pero sobre todo como hombre, le echo mucho de menos. También a mí este poema me hace saltar las lágrimas siempre, y no te digo los que le escribió a mi madre, sé que tengo que ponerlos y me da de todo pensar en volver a leerlos, lo paso tan mal... A veces hasta me enfadaba con él -¡hay qué ver!- y le decía: "¡siempre me tienes que hacer llorar, yo no quiero ver estas poesías!", y luego se las volvía a pedir, porque yo era su hija y tenía que leerlas... Qué difícil.
    Mil besos, Lili.

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  5. Esta respuesta es por tí, Ana, para ofrecerte un poco de compañía cvuando he leído ese poema que has propuesto de tu padra. Por decirte algo te diré que también tienes que estar orgullosa de toda la riqueza mental que te aportó y en ese sentido, reconciliada con la vida. Hay dermasiadas miseria como para menospreciar una presencia tan rica y tan noble como la que tú nos cuentas. Un beso

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  6. Sí, Antonio, sé que mis padres me aportaron mucho, quizá todo o casi todo, y agradezco de corazón haberlos tenido en mi vida aunque no tanto tiempo como hubiera deseado: se casaron mayores (mi padre salió de la cárcel con 50 años) y mi madre murió muy joven, 67 años, ella tenía 15 menos que él. También estoy muy agradecida a que al menos pudo tener a mi niña durante sus primeros cinco años, disfrutó de ella mucho y le dio esos años de felicidad.
    No me quejo, aunque a veces lo parezca, ni le pido a la vida más que lo que tengo ahora, ojalá fuera así. Bueno, por pedir también pediría poder algún día publicar mis novelas (tengo unas cuantas, por Dios) para niños o chicos, pero eso ya no me angustia como antes, ahora con el trabajo que tengo me siento muy realizada y hasta que acabe (en julio) no pongo la mirada en otra cosa. Paso a paso, ¿verdad?
    Un gran abrazo, Antonio, y no quiero dejar de decirte que me da una alegría especial siempre que veo una "luz en la niebla" tuya. Me alegro mucho de que nos hayamos conocido en este Internet tan inmenso.

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