Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

sábado, 15 de octubre de 2011


LA LIRA OLVIDADA

Por cantar tus soledades.
Por sentirlas en mi alma.
Por jugar siquiera un día
con tus trinos de calandria.

Por beber en el cristal
del arroyo de tus aguas
y ver la luz de una estrella
pensativa en tu mirada.

Por soñar mundos remotos.
Por descubrir madrugadas.
Por escalar de tus cielos
sus cúspides insoñadas.

Por forjar grilletes de oro
para encadenar mis anisas,
he surcado verso a verso
los mares de tu palabra.

* * *

Por asomarme al abismo
de tus incógnitas blancas.
Por tomar entre mis manos
tus sueños página a página.

Por cruzar contigo el río.
Por cantarte en la alborada.
Por seguir a quien persigue
a nuestras palomas blancas.

Se me ha ido poco a poco
metiendo dentro del alma
el embrujo poderoso
del ritmo de tu palabra.

Por ver en tu Soledad
las soledades de mi alma
y el mundo maravilloso
de tus sueños de esmeralda
¡he buscado en los recuerdos 
MI VIEJA LIRA OLVIDADA!


6 comentarios:

  1. Sin duda esa vieja lira sigue componiendo unas bellísima música, gracias Jana por no permitir que deje de sonar.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que un poeta no muere mientras quede uno de sus versos en la memoria de alguien; espero que los poemas de mi padre vivan mucho, muchísimo tiempo entre los peregrinos que visiten este blog; ésa era mi intención cuando lo abrí y me emociona ver cómo hasta mis viejos compañeros de la infancia vienen hasta aquí y saborean aquello versos tan lejanos ya en el tiempo pero siempre cercanos.
    Muchos besos, Pelayo.

    ResponderEliminar
  3. Que delicia, Jana. La primera vez que lo he leído me ha gustado, pero la segunda me ha conquistado. Tiene una sencillez y una inocencia mágicas ese poema. Un beso

    ResponderEliminar
  4. Querida Lili, él hablaba mucho de su lira, incluso uno de sus mejores libros de poemas llevaba ese nombre "La Lira Olvidada", esa lira de poeta trovador, fue una imagen que siempre le acompañó.
    Mil besos, preciosa.

    ResponderEliminar
  5. Preciosos y musicales octosílabos y un contenido delicioso. Un abrazo.

    ResponderEliminar