JUEGA... MI NIÑA
Juega.
Juega a jugar con tus sueños
y ve sumando minutos
en la calculadora incierta de la vida.
La triste rama del árbol
perdida
en la angosta paramera
sin pájaros y sin brisas,
ya no cuenta para nada
en el cuento de esas cuentas
del rosario de la vida...
Juega.
Juega siempre.
Ve engarzando minutos y alegrías
en la maravilla azul
de tus risas
porque un minuto es parte de lo eterno
y de minutos... ¡está hecha la vida!
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