Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

martes, 31 de mayo de 2011


TORMENTO

Yo quisiera tener
un corazón sin fiebre ni deseos,
apagada la luz de la esperanza,
sin fuerzas mi ilusión ni mis recuerdos...

Yo quisiera olvidar
el roce fugitivo de tus besos;
que existe la belleza de las almas,
que existe la belleza de los cuerpos...

Yo quisiera vivir
como viven los seres sin cerebro:
sin preguntarme nunca adónde voy
ni averiguar jamás de dónde vengo...

Yo quisiera tener
un corazón cansado y sin deseos
para que no me aturda con sus gritos
ni me atormente nunca con su fuego...

¡Yo quisiera olvidar
que existe la belleza de los cuerpos!
Que en el mundo hay almas como tu alma
y besos con la fiebre de tus besos...





UN DÍA...

Un día podré contarte
mis nostalgias de este tiempo;
las dudas y los temores
que ocultos en mi alma llevo.

Podremos hablar entonces
de esperanzas y recuerdos:
de viejas cosas pasadas
y de audaces proyectos...

Yo te hablaré con vehemencia
y tú me oirás en silencio.
"¿Te acuerdas... Aquella tarde...
El rubor de aquellos besos..."

Tú descansarás tu frente
sobre la cruz de mi pecho
y bajarán las estrellas
a jugar con tus cabellos...
.................................................
Podremos hablar un día
de las cosas de este tiempo.
Pero... ¡¡tú nunca sabrás
lo que digan mis silencios!!


HOY, 31 DE MAYO, ES EL ANIVERSARIO DEL DÍA EN QUE PARTIÓ...

...Se fue en pos de la estrella donde su amada le esperaba. Se fue por la mañana, como a él le gustaba, para tener todo el día por delante. Hace tres años hoy; le echo de menos. Si estuviera aquí tomaríamos a mediodía una copita de vino (el Rioja era su favorito) y una tapita. Yo estaría en la cocina, preparando el almuerzo, y él se sentaría allí conmigo y charlaría. Enlazaba un recuerdo con otro, hablaba, reía, alzaba la voz, y a veces yo tenía que decirle: "papi, come, que se te está quedando helada la comida", y él cogía una cucharada y quizá ni se la llevaba a la boca, para seguir hablando.
   Otras tardes veíamos juntos alguna película de las "nuestras": La fiera de mi niña, La extraña pareja, Rebelión en las aulas..., o comentábamos algún libro, pero casi siempre él prefería desgranar el rosario de sus recuerdos. Seguramente ya me lo había contado antes, y alguna vez -qué pena- yo me ponía a pensar en otra cosa. Pero ver sus ojos brillar al evocar anécdotas me gustaba, y él se sentía feliz ese ratito diario, y sus mejillas se coloreaban, y cuando se marchaba iba más erguido.

  Cuando mi madre -su Amada- murió, en enero del 97, él se volcó en la poesía. Cada mañana, antes de alborear, subía al "palomar" (una especie de cámara que tenemos en esta vieja casa donde yo nací) y allí, sobre una mesita destartalada, escribía y escribía, sin descanso, sin tregua.
   Era su manera de llorar a gritos.



IN MEMORIAM
SILENCIO... ¡Y SÓLO SILENCIO!

Me busco inútilmente y no me encuentro.
De "aquel" que un día fui, ya sólo quedan
soledad... ¡y silencio!

Ni esta casa es ya mi casa
ni mis sueños son mis sueños.

Del nómada enamorado
de los caminos intrépidos,
apenas si queda nada:
¡la sombra...! ¡Un vago recuerdo!

Un torturado fantasma
que entre ansiedades y anhelos
va siguiendo inútilmente
los ritmos de un viejo verso.

De un verso que se quedó
en las garras prisionero
de vagas sombras que bogan
por los mares de lo eterno...

***
(¡Esta casa no es mi casa
ni estos sueños son mis sueños!)

-¡Amor...! Me busco y te busco
por sendas sin retroceso
de esta noche inacabable
que va devorando el tiempo...

¡Por los mudos escondrijos
del alma y del pensamiento:
con mis locas vehemencias,
con mis palabras sin ecos,
grito y regrito tu nombre
entre lágrimas y besos...!

***

(¡Y es que yo ya no soy yo
ni este tiempo es ya mi tiempo!)

Tú no estás... Y sin ti, ¡ay...!
todo es Nada... ¡Todo es negro!
Sin ti... ¿que importa esta casa
sin el calor de tu cuerpo,
sin la luz de tu mirada,
sin la gracia de tu acento...?

¡Qué importa la vida, cuando
la vida es lo que se ha muerto!

¡QUIERO IR CONTIGO! Al mundo
sin punto final ni tiempo
donde todo sea... ¡NADA!
Silencio... ¡Y SÓLO SILENCIO!


   Cuando se fue, su recuerdo siguió aquí... en cada rincón de la casa, en la abandonada estación de ferrocarril que él tanto amaba (nació en una estación, en El Cuervo, y allí se crió), en las calles de Villafranca, en la mesita donde tomaba café cada mañana, en los parques, en mí, en mi niña y en todos los que le veían pasar cada día con su soledad y sus nostalgias a cuestas.

   Pedro Calleja, el poeta, entrañable amigo, le cantó con sus hermosos versos el exacto adiós de quien lo había conocido ya cuando "no se encontraba".
   Quiero transcribir aquí ese poema que fue un homenaje tan sentido como bello:


CRISTÓBAL

Permíteme, Cristóbal, que yo te robe un verso
que hiciste a Juan Ramón con esa pluma inquieta:
"No llorarle, no ha muerto: ¡no mueren los poetas!".
Y es cierto que no mueren, quedan en su universo.

Que aunque ya para siempre tu máquina esté quieta,
ni tomes tu café en el bar que lo hacías,
aunque no me visites cuando se te ocurría,
Cristóbal, no te has muerto: ¡no mueren los poetas!

Aunque ya no te vea comprando tu diario,
o pasear lentamente con tus años a cuestas,
ni ya me desconciertes con tu vocabulario,
Cristóbal, no te has muerto: ¡no mueren los poetas!

Aunque ya no me abrumes al llamarme poeta,
ni me hagas el honor de llamarme tu amigo,
o perdieras el tiempo dialogando conmigo,
Cristóbal, no te has muerto: ¡no mueren los poetas!

Aunque no me sorprendas con tus bellos poemas
ni vuelvas a halagarme con un libro imponente,
ni volvamos a hablar de apasionantes temas,
cuando quiera encontrarte, yo te hallaré en mi mente.

Porque tú, Cristóbal, no te has muerto:
¡no mueren los poetas!

Villafranca de Córdoba, a 16 de abril de 2009                          Pedro Callejas Barros


   Me cuesta copiar algunos de sus poemas, lo mismo que me costó, en su momento, leerlos. Recuerdo que, egoístamente, me enfadaba con él y le reprochaba: "papaíto, a mí no me enseñes estas poesías porque no puedo leerlas, me pongo a llorar y ya no me controlo...", y no pensaba que él ya había perdido a la que leía cada poema suyo veinte veces. Pero ¡era tan doloroso leer aquellos versos a mi madre! ¡También yo la había perdido! 
   Bueno, ahora voy a leer y a copiar cada uno de aquellos "versos proscritos", y si lloro no importa porque esto sobre lo que escribo no es papel, es un pequeño y sencillo ordenador al que las lágrimas no desdibujan. 



AL PERDERLA
TRAS LA ORILLA INFINITA

Hoy pido por el sol y por la estrella.
Por el trino del ave... Por la flor...
Por el canto alboral del ruiseñor
y el áspero bramar de la centella...

Por la cumbre y el río. Por la huella
que siempre deja el paso del Amor...
Por los pálidos "dones" que el dolor
truecan en luces de esperanza bella...

Por un amor tan pronto sepultado...
Por el final de esta ilusión marchita.
¡POR TANTO SENTIMIENTO MALOGRADO!

¡Ay, quién pudiera... (¡con mi voz proscrita!)
portar mi corazón enamorado
hasta la blanca estrella donde habita...!


   Fueron once años de soledad sin ella, pero aunque ya nunca recobró aquella ilusión de vivir que los caracterizaba cuando estaban juntos, sí disfrutó de muchas cosas: en primer lugar, tuvo la devoción de mi niña, su pequeña Anais, "su consuelito" como decía él. Para ella, Vega era Dios y era Dumbledore, el director de Howard, el colegio de magia de Harry Potter, o sea, que era lo Más, el más fuerte, el más sabio, el que podía conseguirlo todo.
   Tuvo nuevas amistades; las antiguas continuaron a su lado siempre; obtuvo nuevos premios de poesía y de narrativa, publicó libros, continuó leyendo de todo, en fin, su vida siguió pese a él mismo. Pero cuando perdió la vista, entonces sí: se desmoronó.    Mi padre murió porque no quería seguir viviendo y se dejó morir. No fue de enfermedad ni de viejo: murió porque quería morirse ya, porque, aunque le quedaba mucho que hacer, ya no tenía ganas de hacerlo. Tenía derecho al descanso, y quiso descansar.
   

A MI PADRE

Porque quisiste hallar la blanca estrella
donde habitaba tu perdida amada.
Porque en tus noches perseguías su huella
y al despertar la sombra te cercaba.

Porque en tu soledad sólo anhelabas
continuar el diálogo cerrado.
Porque era su cabeza en tu almohada
un sueño, tan remoto, tan soñado.

Porque tu alma no era ya tu alma;
porque ella te llamaba, la seguiste.
Porque de lejos, del azul del alba
sembraba rosas para ti, te fuiste.
Volaste hasta alcanzar su mano blanca
por cantarle tu verso, hermoso y triste.

Villafranca de Córdoba, 2008          Ana Vega Burgos



¿Sabes, papaíto? Cuando pensé en abrir este blog para ti lo hice como una ofrenda, un regalo que necesitaba hacerte; ahora me doy cuenta de que el regalo me lo has hecho tú a mí,
porque pasarme horas entre tus libros, buscar imágenes que te hubieran gustado como a mí
-los dos somos un poco ingenuos para las postales, ¿verdad?-
y leerte y releerte, me hace sentirte otra vez a mi lado, me hace admirarte cada día más
como poeta y como hombre,
me hace sentir deseos de compartir con el mundo entero tus versos,
y me devuelve la ilusión que últimamente me parecía perdida entre esta vieja casa llena de goteras,
y el paro, y las decepciones, y mi niña lejos de mí ya, en su propio nido, 
y el tiempo que pasa sin detenerse, y la tristeza de no poder volver atrás...

Como siempre, papi mío, eres tú el que me hace los regalos más desinteresados, 
el que era feliz por hacernos felices,
el mejor padre del mundo, el hombre irrepetible,
el regalo que Dios hizo a todos los que te conocimos,
Vega, el que no conocía el rencor,
EL POETA DE LA PAZ.

Te quiero.
Os quiero.






lunes, 30 de mayo de 2011


CANSANCIO

Deja que apoye mi frente
sobre el alcor de tu pecho...

¡Los días se hicieron grandes!
Las horas clavan sus remos
sobre las aguas inmóviles
de un mar sin rutas ni puertos.

¡Mi barco no avanza! Lucha
entre los riscos de un sueño
con sus brújulas perdidas
y los mástiles deshechos.

¡Deja que apoye mi frente 
sobre el alcor de tu pecho,
que llevo en mi alma el cansancio
de cien caminos sin puertos!

¡Se hicieron grandes los días!
Por el azul de los cielos
buscando playas remotas
va la nave de mis sueños.

¡Deja que apoye mi frente
sobre el alcor de tu pecho!



MIS SOLEDADES SIN PRISAS

Llegó el momento glorioso que siempre llega en la vida:
llegaste tú.
¿Viniste? No sé de dónde. De donde vienen los ángeles
cuando el alma de los hombres busca amores y sonrisas...

Tendió tu mirada un puente de ilusiones entre tu alma 
y la mía,
y yo sentí que en mi pecho brotaban las viejas flores
que a fuerza de desengaños se habían vuelto marchitas...

¡Llegó el momento fatal que siempre llega en la vida:
te fuiste tú,
y mi corazón volvió a sentir el frío amargo
que siempre experimentaron mis soledades sin prisas!



NOSTALGIA DEL TIEMPO QUE SE PIERDE

Van cayendo las horas lentamente
como bandadas de aves moribundas
y quedan prisioneras en las redes
del dolor, la impaciencia y la locura...

Transitan al azar por las esferas
con pasos de misterio y de duda
y elevan en las almas su tic tac,
tic tac... de corazones que se asustan.

¡Qué graves, qué solemnes, van formando
su cortejo de incógnitas absurdas
en la jornada eterna de esas noches
que parece que no se acaban nunca...!

Yo he visto desfilar mis horas tristes
por un camino de esperanzas nulas
con la mirada gris de los fracasos
clavada en sus pupilas infecundas...

-Ven...
¡Qué miedo del tiempo que se pierde
queriendo hacer castillos en la luna!
-¡Mira...!
Las horas caen lentamente
como bandadas de aves moribundas...




En el libro MENSAJE POÉTICO - INVIERNO

Este libro, Mensaje Poético - Invierno salió en 1956, y Vega lo dedicó a Juan Ramón Jiménez, que acababa de obtener el Premio Nobel: ...que, cabalgando sobre un anillo de plata y rosas, ha sabido recorrer quiméricamente los caminos más recónditos de las almas...
 Como "Carta al Autor", escrita por Antonio Santos Torres, un poema que pondré a continuación, pero en primer lugar transcribo el que abría el libro: Clamores.


CLAMORES

-¡Muchacho!
Yo quisiera pedirte
tu corazón prestado...

El mío ya no sirve.

¡Por duro,
por viejo 
y malo!

Yo -¡cazador eterno de ilusiones!-
necesito un corazón
¡de veinte años!

   Y Antonio Santos Torres, aludiendo a este poema, contesta:


DESDE LA PRIMAVERA

En este verso tuyo, en esa "flor de invierno"
me he encontrado contigo, amigo Vega; con tu alma:
un pájaro encerrado que canta sus canciones
desde la Primavera sin flores de su jaula.

Me he encontrado contigo buscando una amapola;
buscando un corazón que tú también buscabas
para apoyar tu verso, para pasar el río,
para salir de pesca, de noche, con tu barca.

Un corazón, poeta, con sólo veinte años
como el que tú tuviste para cualquier muchacha;
como el que yo tenía sin que me diera cuenta
porque a los veinte años no se valora nada...

En este verso tuyo apoyo mi cabeza
y encuentro el fiel descanso de haber pasado un alba
por donde tú pasaste con tus tristezas hondas,
con la segura "flor" de tu canción rimada.

Que tenga veinte años para esculpir tu verso
-amargo de experiencias y dulce de palabras-
en esa juventud de amor que nos redime
de esta cárcel del Tiempo que duele y que no mata.

Buscando un corazón te he visto por las rosas
para dejar tus versos, tus manos, tu mirada;
para vivir la vida que te robó el Destino,
para tirar tus "flores" si pasan las muchachas....

para volver al "antes" y desterrar tu "ahora"
sin penas, sin dolor, sin dudas ni nostalgias;
¡para ser ese pájaro que canta sus canciones
sobre los campos fértiles, sin redes y sin jaulas...!

Sevilla                   Antonio Santos Torres






domingo, 29 de mayo de 2011


PAISAJES INTERNOS

Yo siento la añoranza de eternas ansiedades
que vagan por mi mente sin formas definidas
y me inspiran deseos de cosas inconcretas
y de viajes que en sueños crea la fantasía.

Yo siento la nostalgia de un pasado remoto;
los dolores secretos de hondas melancolías
que nacen de una causa sin causas explicables
y traen a los labios el disfraz de una risa.

Yo busco en otras almas los perfiles exactos
con que pinta el amor el azul de la vida
y busco en otras voces las cosas que en mi voz
tan solo fueron siempre palabras presentidas.

Yo llevo acumuladas las penas seculares
de cien generaciones sin patria ni familia
y noto que el impulso de un afán andariego
me lleva por el mundo sin meta conocida.

Yo ignoro el fundamento de ciertas inquietudes
que turban de improviso mis breves alegrías
y pregunto: ¿qué clase de pena es esta pena
que dibuja en mis labios el disfraz de una risa...?





¡BENDITA SEAS!

Yo bendigo estas rejas que me dieron
el regalo inmortal de tu belleza
y esta senda de azares que me trajo
a los cauces perdidos de tu senda.

Yo bendigo mis horas de inquietudes
y el dolor de mis líricas ausencias,
y este dardo fatal de los silencios
que siento que se clava en mi conciencia.

Yo he salido al encuentro de mis tardes
con un romance de emociones nuevas
temblando de ansiedad entre mis labios
que en el embrujo de tus labios tiemblan...

Yo sé que tu recuerdo me enloquece
y que ante ti se rinde mi entereza,
¡y sufro!, y soy feliz cuando te encuentro
como una flor que brota entre mis rejas.

Yo necesito tu alma para siempre
como el oasis de una paz eterna,
y la luz de esos ojos que me alumbran,
¡y el calor de tus besos que me queman! 

Te quiero para siempre entre mis brazos
y poderte decir: ¡Bendita seas!





TE BUSCO A TI

Cuando mi alma se eleva hacia los cielos
o se inclina mi espíritu vencido,
cuando duda la fe
y la esperanza muere de fastidio,
madre mía,
¡pienso en ti...!

Cuando las horas cambian su carrera
por un pausado caminar de siglos,
cuando la vida pasa 
con su cortejo de odios y de hastíos,
madre mía,
¡te busco a ti...!

Cuando ni ensueños ni ilusiones quedan
para llenar mi corazón vacío;
cuando ya en nada creo
ni espero de mujeres ni de amigos,
madre mía,
¡creo en ti!


ROSA DE INVIERNO

¡No puedo más!
No es clemencia lo que pido
ni palabras de consuelo;
es que pesan demasiado
la soledad y el recuerdo.

¡Es que llevo sobre mi alma
una historia de silencios
y ya me faltan las fuerzas
para luchar contra el tiempo!

¡No puedo más!
Ya no sé lo que es pasado
ni lo que del mundo espero,
todo son dudas en mi alma
y sombra en mi pensamiento.

¡Cuánto pesa así la vida
sin un afán  ni un ensueño,
con todos los caminos cerrados,
con todos los dolores abiertos...!

¡No puedo más!
Déjame aquí tus amores
como una rosa de invierno
para que se abran un día
en el jardín de mi pecho...





ELEGÍA DEL AMOR INFIEL

He asistido a un entierro. ¡Ni un amigo
me acompañaba en el fatal cortejo...!
Yo solo con la cruz de mis pesares
por la senda infinita del recuerdo...

He llevado a enterrar mis ilusiones
junto a los vidrios rotos de un ensueño,
y yo iba solo, sin palabras buenas,
sin un amigo ni una voz de aliento.

¡He sepultado una esperanza muerta
en la necrópolis brutal del Tiempo!
En su epitafio puse: como todas...
Y encima... ¡la corona de mis besos!


EL RITMO DE LAS HORAS

Tic... tac... Tic... tac... Tic... tac...
Las horas
discurren lentamente por la ruta azul del tiempo.

Tic... tac... Tic... tac... Tic... tac...
Caminan
silenciosas y graves cual novias con velo negro.

Tic... tac... Tic... tac... Tic... tac...
Y se hunden
como esquivos fantasmas en la sombra y el misterio.

¡Las horas
se hincan como puñales en el corazón del Tiempo!
Tic... tac... Tic... tac... Tic... tac...


APOLOGÍA DEL LIBRO

Dormidos
sobre las páginas blancas
del libro,
ensueños, con hebras de oro,
prendidos.
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
En ruecas de fantasías
hadas rubias van tejiendo sus caprichos
y sus quimeras felices...
¡sus sublimes extravíos!

Y en las horas silenciosas que navegan
sobre el tiempo y los caminos
un mago va soterrando de ilusiones
sobre las páginas blancas de los libros...
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Junto al fuego milenario del hogar
narra un pobre peregrino
viejas historias perdidas
en el polvo de los siglos,
y ávido de cosas viejas
le oye un niño:
¡símbolo de eternidades que se forjan
sobre el borde de un abismo!
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Por las rutas seductoras de la noche
va un mendigo
indagando los senderos de la vida
en arcanos infinitos...

Un nómada
que recorre solitario los caminos
cargada el alma de incógnitos
y su zurrón de delirios...
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Aguerridos
¡magníficos triunfadores!
sobre las páginas blancas de los libros
encuentran las bellas mozas soñadoras
sus héroes favoritos.
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 
Almas tristes que navegan
en mares desconocidos:
viajeros que en los caminos de la vida
ven un faro en cada libro...

¡Una antorcha que desgarra las tinieblas!
Un amigo
que trae luz de esperanzas
a las sombras del espíritu.

Un mago que cuenta cosas del pasado
y se asoma al conflicto 
para atar, con hebras de oro,
el mensaje de los siglos.
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 
Dormidos 
sobre las páginas blancas
del libro
hay tesoros de ilusiones 
prendidos.


algo de RUTA DE ESTRELLAS, con prólogo de Gregorio Gallego

Ocho poemas... uno para cada provincia de Andalucía. Un capricho, un trabajo de esos que nos imponemos a nosotros mismos y después nos sentimos chapeau al concluirlo...
No son mis favoritos estos versos, y sin embargo he querido transcribirlos, creo que iré transcribiéndolos todos, sin orden, o quizá en un orden que no tiene otra explicación que mi íntimo sentir.
  Este librito fue prologado por Gregorio Gallego, gran escritor, muy prolífico, autor de Los Caínes, novela que recomiendo a todos, incluso a los que no les guste la lectura, pues he conocido a gente que se ha enganchado a leer con ese libro en el que se habla de la lucha de un hombre que no quiere volver a la cárcel, de su esfuerzo por ser honrado a pesar de pertenecer a la familia de los caínes, quinquilleros expertos en todo tipo de timos y robos a pequeña escala... ; es un libro en el que yo, que tan bien lo conocía, encuentro el toque de mi padre: fue escrito cuando estaban juntos en el penal del Puerto de Santa María, y su influencia de hombre que, ante todo, cree en la redención y en los valores del Hombre, es patente.
   Gregorio Gallego escribía: Vega Álvarez es, ante todo y sobre todo, un poeta lírico de cuerpo entero, un vate de vocación que canta por necesidades imperiosas del alma; un hombre que conoce el lenguaje de las estrellas y vive tejiendo fantasmagorías y forjando quimeras. Y más adelante: En sus versos no hay angustias ni complejidades psicológicas (no olvidemos que habla de sus poemas de juventud); a lo sumo se percibe en ellos un arrullo de melancolía o un acento de rebeldía sofocada. ¿Es que Vega no siente la fuerza de los conflictos dramáticos...? ... Y, no obstante, en su espíritu se agitan tremendos conflictos que no aparecen en sus estrofas. ¿Prefiere resbalar sobre las superficies brillantes a soltar la válvula de su experiencia vital y revivir en estrofas rítmicas el vértigo de sus inquietas horas de aventuras ?... Esperamos que se aleje de las rutas trilladas del pintoresquismo y abandone la compañía de gitanos y demás esperpentos castizos que pululan por su fantasía y que -fuerza es pregonarlo en su propio bien y en el de los que anhelamos verle depurado de alamares, trabucos y castañuelas- es lo más superficial de sus desahogos juveniles.
   Y luego, ya refiriéndose a otros poemas de Ruta de Estrellas, Gregorio nos habla de El Barco Varado (un poema que siempre me emocionó particularmente porque sé que ese barco era, simplemente, él, el poeta encarcelado que miraba por la ventana de su celda). Dice Gregorio: Particularmente, El Barco Varado nos merece especial predilección por ser una alegoría palpitante de humanidad,en la que nuestro amigo respira con viril pesimismo por una de las heridas más profundas de su alma.
   Y ahora, volvamos al poemario, miremos la imagen y después conozcamos



EL BARCO VARADO

El barco, varado.
Las olas de plomo, rugientes y briosas
y el cielo, nublado.
¡El barco está anclado
en mares tortuosas!
¡Qué importa que el viento le azote con bríos
ni que hinchen sus velas los aires bravíos
que pasan, veloces, con rumbo ignorado!
La nave camina por aguas inciertas.
Navega sin ruta; sus hélices muertas
no cortan el mar... ¡El barco está anclado!
Se escucha un pregón en horas tempranas;
rumores de risas, canciones lejanas
y trinos gloriosos de un ave canora.
¿Quién canta? ¿Quién ríe? Del mar de la vida
¿qué senda perdida
otean las naves que buscan la aurora?
Los viejos marinos de tristes miradas
(que en duras jornadas
recorren los mundos que forja la Idea)
sonríen, alegres, de cara al ciclón.
¿La muerte...? ¡No importa! Por una ilusión
se da la riqueza, el bien, ¡lo que sea!
Y van arrastrando sus pálidas vidas
-monótonas, grises-por sendas perdidas
e ingratos caminos.
El mismo horizonte se traza a lo lejos:
ensueños que mueren y júbilos viejos
que trocan en mundos los bravos marinos...
..................................................................................................
¡Y el barco está anclado!
En el mar incierto
que el cierzo ha rizado
la vida dejó un barco olvidado
¡mas no un barco muerto!
Su casco en ruinas
(que el mundo contempla con penas endrinas
y extraño pavor)
tiene alma de hielo sin luz ni virtudes
y guarda ilusiones y mil inquietudes
en el interior.
Son hombres que marchan de cara a otros mundos:
espíritus fáciles y sueños profundos
con risas de niños y gestos de fieras...
No viven. No mueren. Su gran ilusión
le traza un destino incógnito. ¡Son
autómatas grises en grises hileras!
Rumores de risas y coplas lejanas;
miradas furtivas que tras las ventanas
con pícaros guiños les brindan las bellas.
Su vida es sólo eso: ¡mendigos de amores
que aquí sólo tienen trabajo y dolores
y allá en las alturas... un techo de estrellas!
Un gran cuadrilátero sombrío y rocoso
con alma de piedra y cuerpo herrumbroso
se muere de hastío del mundo apartado.
¿Qué importa que bese el sol sus cubiertas?
Sus hélices muertas
no cortan el mar. ¡El barco está anclado!



ANDALUCÍA


NOVIA DE LOCOS
HUELVA

Boga, marinero, boga
por esa ruta inconcreta.
.........................................
Huelva tuvo inspiraciones
de aventuras marineras
y se hizo novia de locos
en el "mar de las tinieblas".

En sus entrañas de bronce
sintió locuras de sendas
y mundos nuevos que surgen
de un sueño de carabelas.
...............................................
Boga, marinero, boga
por esa ruta de estrellas...
..............................................
¡Huelva fue novia de locos
en el perfil de una gesta!
El heroísmo se hizo mundos
con las joyas de una reina.

Castilla sintió nostalgias
de locuras marineras
y se desposó una tarde
con el "mar de las tinieblas".
...................................................
Pesca mundos, marinero,
en la red de tus proezas.
...................................................
¡La locura se disfraza
con las joyas de una reina
y forman su noble séquito
reyes, frailes y profetas...!

En sus entrañas de bronce
sintió un rebullir de sendas.
Huelva tuvo inspiraciones
bravas... ¡y nació América!
.................................................
Boga, marinero, boga
por esa ruta de estrellas...
Pesca mundos, marinero,
en la red de tus proezas...